NUEVA YORK.- Enfundarse en un traje de superhéroe, la ilusión de no pocos actores. Será por eso que se los vio, muy a la distancia, desfilar por la alfombra roja en las escalinatas de acceso al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York en la fiesta de gala benéfica con la que se inauguró Superheroes: Fashion and fantasy . Julia Roberts fue de alguna manera superhéroe por un día. Tapa de Vogue en mayo último con un espectacular vestido de Nina Ricci que alude al poder de las heroínas y promueve esta muestra, no se alejó de la anfitriona que no casualmente fue la directora de esa revista, Anna Wintour, en quien se basa el protagónico de Meryl Streep en El diablo se viste de Prada . Wintour, siempre de impecable Chanel. Pero para la fiesta, Roberts eligió un vestido plateado para ir del brazo de su autor y principal promotor de la exhibición, Giorgio Armani. Rachel Bilson, con un ajustado vestido en azul brillante; Gisele Bündchen, según Versace; Scarlett Johansson, con corset y falda de tul de Dolce&Gabbana, y Naomi Watts, con vestido blanco plisado con un broche estrella en el centro, obviamente de Thierry Mugler. Es que ese día la actriz fue presentada como la nueva imagen de Angel (el del frasco en forma de estrella), perfume insignia de Mugler. Sólo algunos de los que se pasearon por los corredores especialmente espejados del MET en busca del superhéroe de sus sueños. Un recorrido que por la mañana hizo la prensa internacional para terminar escuchando a Anna Wintour, otra vez, muy Coco, sorprendida por las ironías de Armani que hizo gala de su simpatía al aludir a los dichos de la editora. "Una vez se comentó que la era Armani se terminó. Espero que se equivoque, que no esté acabado...", dijo el modisto ante la mirada perpleja de no pocos, y sugirió que no le interesa la moda italiana, sino sólo la americana y la francesa... Una crítica velada a Wintour que había pedido a los diseñadores italianos que concentren su pasarela en pocos días para evitar que la prensa americana no esté demorada tanto tiempo en Europa. Diatribas fashion aparte, la muestra es un paseo de culto, aunque no sólo una alternativa para los fans de los comics, sino una mirada sobre un fenómeno que forma parte de la cultura popular, al menos de los americanos, pero que se ha extendido a todo el mundo. "No se trata tanto de la influencia de los comics de Marvel (la editorial que los popularizó), sino de su alcance en la moda y en los diseñadores de alta costura. Es sabido que es tal su llegada que hasta muchos modistos los crearon especialmente para distintos films. Entusiastas los reunimos y mostramos. Y Mugler eligió piezas de los años 90 y principios de 2000, de look motoquero y Gatúbela", comenta Paul Petit, vicepresidente de Thierry Mugler Parfums. Capas, antifaces, trajes originales, fueron rescatados del olvido de Hollywood y exhibidos junto a reinterpretaciones del promotor de la puesta, GiorgioArmani; uno de los curadores, Thierry Mugler, y Jean Paul Gaultier, Paco Rabanne, John Galliano, Issey Miyake, Pierre Cardin y Balenciaga, entre otros. Comics entre espejos Desde la transformación, a través de un holograma, de Clark Kent a Superman en la versión de 1981 de Christopher Reeve hasta el equipo metalizado que acaba de vestir Robert Downey Jr. para representar fielmente al original Iron Man, hay trajes más osados que otros, más ponibles que otros, pero todos dan rienda suelta a la imaginación, el color y la forma. Superman, como primer superhéroe, abre la exposición y al lado del traje diseñado para Reeve está junto a otros modelos. El alemán Bernhard Willhelm mostró su vestido abuchonado, con recortes y flecos negros que cuelgan de la icónica S que subió a pasarela en la primavera-verano 2006, y otro de la casa Moschino. Le sigue la malla del Hombre Araña lucida por el actor Tobey Maguire el año último, y un despliegue de telarañas en líneas muy elegantes como de Galliano de 1997 y el del vestido de Armani de la primavera-verano 1990. "Estas creaciones son de hace años y siguen vigentes, estaban inspiradas en China. ¿Mi superhéroe favorito? Superman, pero no lo vestiría de azul y rojo, sino de negro, un tono que me parece extremadamente sensual e ideal para un poderoso", dijo Armani, tras la inauguración, mientras se paseaba por los pasillos espejados a la luz de los flashes y las cámaras, siempre mediático. La Mujer Maravilla según Galliano para Christian Dior y la versión de Willhelm. El hombre masa o verde también tiene su rincón en el Metropolitan, bien estridente, según Walter van Beirendonck; exóticamente armado según Galliano. Y no podía faltar Gatúbela con su traje original, acompañado del diseño que hizo Thierry Mugler para su colección otoño-invierno 1996-1997, Galliano para Dior en la primavera-verano 2001, y Dolce&Gabbana en la primavera-verano 2007. Ni Batman al por mayor. El traje de goma en el que se enfundó el actor Christian Bale, otro transparente y metalizado de Mugler, el corset con mini de globo con pespuntes de Dolce& Gabbana, y más modernoso, con chupín recortado, remerón, chaleco y sandalias de taco altísimo de Nicolas Chesquiere de Balenciaga. También, la geométrica versión de Gareth Pugh del último verano. Esto no es todo. Hay mucho para ver hasta el 1° de septiembre próximo. Miradas más experimentales que otras, algunas desde lo deportivo. Originales de comics impresos, catálogo a todo color con tapa metalizada y merchandising al mejor estilo americano.
Fuente: LaNacion
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